Ilha Grande, un paraíso de calma cerca de Rio de Janeiro

Ilha Grande es uno de los sitios más bellos de Brasil y es una generosa opción para quienes deseen compensar la agitación de Río de Janeiro con unos días de descanso en una isla donde sobran hermosas playas de arenas blancas y aguas transparentes rodeadas de montañas y bosques vírgenes.
Vista aérea de una zona de playas en Ilha Grande - Brasil
Originalmente Ilha Grande fue una guarida de piratas, una colonia de leprosos y, por último, una cárcel de máxima seguridad. Ya no queda nada de esos días, pero la desagradable reputación que tenía la isla mantuvo alejado a los grandes promotores turísticos y hoy el lugar es un excelente destino para los que gustan de la naturaleza en su máxima expresión. Los autos no están permitidos en sus arenosas calles. Numerosos senderos se abren paso entre la selva y surcan la isla en todas las direcciones.

Vila do Abraão es el principal punto habitado del lugar y donde se concentran la mayoría de las posadas y restaurantes. Es un pintoresco pueblo ubicado junto a la playa y cubierto de palmeras. Con una pequeña y blanca iglesia, su plaza central y sus callecitas de tierra.
Tranquilas playas en la Bahia Lopes Mendes
Un lugar extraordinario que el turista no debería perderse es la bahía Lopes Mendes es la más extensa de las 107 playas de Ilha Grande y una de las más lindas de todo Brasil. Llegar implica un paseo espectacular a través de un sendero de seis kilómetros, que parte de Vila do Abraão y se recorre en tres horas. El arribo al lugar recompensa el esfuerzo: una bahía sin casas ni tiendas, en la que sólo se escucha el ruido del mar. Sus aguas color turquesa presentan olas alucinantes para hacer surf y frente a estas se extienden más de 3 kilómetros de arena blanca.

Vila do Abraão es el lugar más habitado de la Ilha Grande
Para llegar a Ilha Grande desde Río de Janeiro hay que dirigirse en primer término a Angra dos Reis y desde allí abordar un ferry que llega a Vila do Abraão. La empresa Costa Verde cubre el trayecto de Río a Angra varias veces por día. El viaje dura aproximadamente tres horas.